Continuacion de "Que tiempo aquellos ¿no?"

............en las fotos he visto muchos conocidos pero en mi curso original, (recuerdo aún la foto), estaba Salaberry, Nielsen, (que se dieron de mamporros durante media hora en primaria, famosa pelea), Avalos,Sepulveda, Marshall, García, Cid, (fue presidente del Liceo), de los que me acuerdo.
También he visto en una foto a Salinas que era muy amigo de Ibañez, el jiu-jiutsu del Liceo, el cual (en clase de Gimnasia), dejaba que todo el curso le diera de golpes en el estómago para probar que sus abdominales no
estaban de adorno, con los cuales compartí curso y amistad, no se nada de nadie, solo ví a ibañez cuando salió de 4 Alamos creo.
Avalos y Marshall seguían en Chile cuando salí, Avalos trabajaba en un Banco en Santiago y Marshall, a pesar que le vi varias veces nunca me quedó muy claro que hacía.
Me acuerdo de Barrientos, que fue el primer chico que tuvo vello en las piernas y que se levantaba ligeramente la bastilla de los pantalones para que todos se los viéramos y presumir de mayor, algún resultado le dió, porque el muy capullo terminó saliendo con una prima mía..
También he visto en una foto a Marholz y Leiva, con los cuales compartí amistad y fiestas y campamento, se que Leiva estaba en Canada, no se mas.
Marholz estaba conmigo en la foto en primaria, y fue con el que me di los primeros manporros en el Liceo, despues fuimos amigos claro.
También recuerdo a Arancibia el maniquí del Liceo que siempre iba a la última moda y que a la hora de salir corría a casa para cambiarse y corría otra vez para colocarse en Pedro Montt cerca de la Plaza Victoria, para que todo el Liceo le viera sus pantalones de campana , el último grito de la moda, no entiendo como no se presentó a las Olimpiadas, seguro que habría ganado una medalla.
También recuerdo a aquella hermosa profesora de Biología en 4º, de la cual medio Liceo estaba enamorado, y que también era profesora de un curso similar en un Colegio de chicas, que tuvo la genial idea de montar un paseo con ambos cursos a la costa de Con-Con, un maravilloso e inocente paseo con vistas al mar, que los dinosaurios conservadores del Liceo y algunos Padres convirtieron en algo así como una orgía de sexo, alcohol y profesores pervertidos y así se anuló el maravilloso segundo paseo.
Y las balas perdidas de Quiñones y su amigo, a los que nunca les vi dentro del colegio ni en clase alguna, pero que siempre podías verles en todos los saraos, fiestas estudiantiles y que aprovechaban las protestas y huelgas
para ligar con chicas de los otros colegios.
Y el rubiales de Mancilla que era dueño del restaurant de la Caleta el Menbrillo y que en la despedida de fin de curso usando sus extraños contactos nos arregló una visita del curso entero a una casa de "esas", donde varias chicas nos bailaron sin molestarse con la ropa, era socio del YMCA, y yo siempre me preguntaba cuantas horas echaría el cura en confesarle.
También recuerdo a Tucapel Ponce, Hormazabal que eran muy buenos en futboll, con Tucapel pasamos por el lado de la reina de Inglaterra, por casualidad cuando visitaba el arco Británico en la avenida Brasil, y no le
dijimos nada, solo teníamos 11 años.
Valenzuela, Triday, AntucoVergara fueron compañeros míos al egresar el 69. Triday estaba de profesor en UTFSM
También fuí compañero de Rosso y Erlandsen, Rosso se fue a la escuela de Mecánica de la UTFSM, y Erlandsen seguía en Valparaíso hasta salir. Guillermo Estay se fue a la Escuela Naval lo mismo que Carlos Cid, aunque este último se fue a la Mercante.
Martinez estaba de Detective despues del golpe, me lo encontré en un tren a Quillota.
También recuerdo a Burgos muy conocido porque tenía 7, si 7 hermanas lo que lo hacía muy popular.
También quiero agradecer a aquel chico, que nunca fue compañero mío pero que nos conocíamos del Patio simplemente, y que se ve que antes de egresar ingresó en la Escuela Militar, y que un día de Septiembre, entró con su destacamento en la casa Universitaria de la U.Santa María en la calle Arlegui de Viña del Mar y que al reconocerme desmontó el dispositivo y se llevó a sus hombres, supongo que le debo algo, aunque nunca sepa su nombre, nobleza obliga.
Adolfo